PERFECCIÓN

Cuenta tu jardín por las flores

No por las hojas caídas.

Cuenta tus días por las horas doradas,

y olvida las penas habidas.

Cuenta tu vida por sonrisas,

no por lágrimas.

Y para tu gozo  en esta vida,

cuenta tu edad por amigos, no por años.

 

A veces preferimos enfocarnos en la tristeza y amargura de algunos momentos que inevitablemente ocurren en nuestra existencia.  Sin darnos cuenta que al hacerlo de esa forma sólo le estamos dando más credito al lado negativo que a todas las bendiciones y situaciones agradables que sin temor a errar alguna vez también hemos vivido.  Cuando hagas un inventario de tu vida, recuerda afinar tu memoria y recordar aquello que aunque a veces pareciera imperceptible logró en tu vida en determinado momento una sonrisa que tu corazón gritaba ansioso y deseaba urgentemente.  Una palabra que llega cuando más la necesitas y que lográ hacerte ver las cosas de una forma diferente vale más que un millón de razones por las cuales no has visto el éxito.

El darte cuenta de que te libraste de una inminente situación que pudo haber terminado peor de lo que al final fue es más valioso que el tristemente recordarlo con amargura una y otra vez.

Todo sucede por algo, nada es al azar, encuentra la razón y haz de ello tu tesoro.